El 1 de julio de 1996 el cadáver de la artesana uruguaya Adriana Jaqueline Fernández apareció desnudo bajo un puente al lado de la ruta 226 en Mar del plata.
Lo que menos se imaginaba nadie es que sería el primero de una siniestra serie de cuerpos descuartizados que serían hallados a los lados de las rutas costeras.
En noviembre de ese año aparece el segundo en Coronel Vidal, el de María Esther Amaro, de 35 años, quien fue hallada descuartizada y con la palabra “Puta” grabada a cuchillo en la espalda. Y de allí en más comienza un raid que los medios adjudicaron a un solitario desquiciado descuartizador.
Todos los cadáveres aparecían de la misma manera: estrangulados, descuartizados y sin sangre. Todas las víctimas eran iguales: jóvenes, atractivas y prostitutas, salvo por la primera que es la que no puede adjudicarse a la siniestra trama tras las muertes.
Las que le siguieron fueron:
v Viviana Espindola:Descuartizada en enero de 1997.
v Maria Elizabeth Gimenez: Estrangulada el 18 de mayo de 1997
v María del Carmen Leguizamon: 20/10/1998
v Mariana Vazquez
v Analia Fuchini
v Marlene Michels, de 16 años, descuartizada el 12/9/2000
v Debora de San Martin, también de 16 años, descuartizada en Parque Camet el 15/9/2000
v Liliana Hatrich, quien apareció descuartizada en Octubre del 2000 en su departamento a una cuadra de tribunales marplatenses.
v Ana Maria Revonell, estrangulada el 24/1/2001 y encontrada con un monedero en la boca.
También desaparecieron las prostitutas Patricia Angelia Prieto, Ana María Nores y Silvina Paola Carballo, pero sus cadáveres jamás fueron encontrados.
Mientras los medios hacían un circo en busca de un desquiciado en las sombras el polémico juez de la dictadura Pedro Federico Cornelio Hofft, investigaba las desapariciones de Ana María Nores, Silvana Carballo y Andrea Chavez.
Ante él se presentaron en 2001 dos prostitutas dominicanas ,Vanesa y Linda, con su abogada para denunciar que en su prostíbulo de la calle Salta al 1300 se vivía en esclavitud y con policías que las amenazaban de muerte si trataban de huir. Les habían quitado la ropa, los documentos y el dinero, las golpeaban y la madama, Pilar de las mercedes Peralta Zamora las amenazaba con que tratar de huir las llevarían a terminar muertas en la ruta.
Con esos testimonios y varios hallanamientos Hofft ordenó la detención de Peralta Zamora, de diez policías y de un fiscal a los que acusó de “asociación ilícita, privación de la libertad calificada,extorsión y promoción a la prostitución”.
Primero capturó a los sargentos Roberto Shiarkey y Oscar Lizarraga quien el 22 de noviembre de 2002 “quebraron” y delataron complicidad con:
v Los subcomisarios Daniel Iglesias y Horacio Pastor
v Los suboficiales Alberto Iturburu, Armando Aranda, Miguel Valledor, Fernando Santandreu y Linef Ayala
v Los oficiales Choren, Criseo y Vulcano
v El fiscal federal de Mar del plata Marcelo García Berro.
No obstante por el oscuro pasado de Hofft y la falta de pruebas la causa fracasó.
Ya el 25 de abril de 2004 Santandreu,Valledor, Aranda,Choren, Criseo, Alvarez y Vulcano fueron sobreseidos por falta de pruebas y de a poco los otros seis fueron siendo liberados o profugados. El caso quedó en la nada y si bien ya no hubo más cadáveres tampoco jamás hubo justicia.
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