Omar Octavio Carrasco tenía 19 y quizás algunos proyectos para
cuando terminara la entonces llamada “colimba”. Muy posiblemente lo odiara,
quizás hubiese querido que no fuera obligatorio…pero tuvo que pagar ese cambio
con su propio cadáver.
Había ingresado el 3 de marzo de 1994 al grupo de artillería 161
de Zapala, Neuquen, y por sorteo le había tocado ejército.
Cuatro días mas tarde desapareció. No lo buscaron, creyeron que
era un desertor, quizás hasta se hicieron bromas sobre su poca hombría para
enfrentar la dura vida militar.
Sus padres enseguida supieron que algo andaba mal y lo denunciaron
a los medios. Si había desertado donde estaba? La respuesta les tardó hasta el
6 de abril, Su hijo estaba muerto en el mismo cuartel de Cerro Gaucho…
Lo habían matado a golpes. Pretendieron castigarlo por un error y
lo mataron a golpes antes de dejarlo tirado. El ejercito mismo investigo el
caso y fueron imputados dos soldados: Victor Salazar y Cristian Suarez y
también se culpó al subteniente Ignacio Caneyaro.
El caso lo llevó el tribunal federal oral de neuquen y determinó
como causa de la muerte una severa hemorragia interna producto de los golpes.
Se expidió rápido: el 31 de enero de 1996 condenó a Salazar y Suarez a 10 años y a Caneyaro a 15 por el
homicidio. También castigaron al sargento Carlos Sanchez a tres años por
encubrimiento. Pero la justicia no estuvo del lado de Carrasco. Por la ley del
dos por uno en el año 2000 liberaron a Salazar y Suarez y en el 2004 a
Caneyaro. Aparte el juez de la causa,Ruben Caro, debió enfrentar un juicio
político.
Ante semejante aberración judicial el fiscal Helvecio Martín Barba impulsó el
caso Carrasco II en la que fue fundamental la prueba del perito médico
Bailovski que pidió el ahora juez Bonetti en el que imputaba a médicos,
militares, auditores y otros altos mandos del ejército.
El informe
Brailovsky asegura que los
autores de la muerte de Carrasco son los médicos militares que le
proporcionaron una atención médica clandestina y con error de diagnóstico y no
los tres condenados en el juicio.El que fuera posteriormente segundo jefe
de Medicina Legal de la Policía Federal Argentina, dio los nombres de los
médicos a quienes él les atribuía la autoría de la muerte del soldado: El
capitán médico Jorge Corvalán, jefe de traumatología del hospital del cuartel,
el cardiólogo civil Norberto Kurchan, y tres subtenientes enfermeras, Viviana
González, Patricia Troncoso y Claudia Peralta, además de la sargento Mabel
Villalba de Verón.Al juez le sugirieron muchas medidas de investigación pero se dejó caer todo en el olvido. Los médicos militares eran de mayor rango que Carrasco y los detenidos de menor, nadie quiso ponerse a investigar.
En de Junio de 2005, la Justicia Federal de Neuquén sobreseyó a siete militares que estaban procesados por encubrir la muerte del soldado Carrasco, debido a la prescripción de la causa.
En agosto de 2007, la Sala II de la Cámara de Casación Penal, revocó el fallo pero no trascendió y en febrero de 2009, el último de los acusados terminó de cumplir su condena.
Una semana después de la aparición del cadáver, en los círculos políticos ya se hablaba de la derogación del servicio militar obligatorio y tiempo después fue suspendido, mediante un decreto firmado por el entonces Presidente de la Nación Argentina,Carlos Menem el 31 de agosto de 1994 y la implementación de un sistema de voluntariado rentado.Su muerte finalmente cambiaría la historia para siempre.
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