Se cumplieron 5 años desde la última vez
que se vió a Luciano Arruga. Tenía 16
años, estaba en secundaria, trabajaba en una fábica de fundicion, era fan de
Charly Garcia y de riven y de vez en cuando cartoneaba. En su casa vivian su
mama y sus dos hermanos más chicos, aunque Luciano era el consentido de su
hermana Vanesa, de 26 años, que fue la que desde la facultad de sociología de
la UBA lleva toda la busqueda mediática.
Su hermana estudiaba, él trabajaba y todo
estaba tranquilo hasta el 31 de enero de 2009. Esa noche, según testigos, los
policias de la departamental de Lomas del Mirador, donde él vivía, lo
levantaron en la calle y lo llevaron a la comisaría para no volver a ser visto.
El sábado 31 cuando se despertó su
madre, Monica Alegre, no lo vio. Monica sabía que había estado a la noche con sus amigos en la
esquina y los vecinos le contaron que cuando estaban allí los policias del
destacamento lo habían llevado al destacamento. La madre lo fue a buscar pero
no le dieron datos, le dijeron que no estaba mientras limpiaban el piso de la
delegación con lavandina. Pero pocos
días despues un chico del barrio fue a la casa a contarles que había estado
detenido junto a Luciano, que les habían pegado y había visto a Luciano muerto
a golpes en el piso.
No era la primera vez que Luciano tenía
problemas con gente de esa departamental. Ya en Septiembre del 2008 lo habían
agarrado, golpeado y le habían dicho “negrito de
mierda, terminás con un tiro en el pecho”. Cuando Luciano denunció los golpes
lo negaron a pesar de que el policlínico de San Justo los confirmó. No hicieron
la denuncia por miedo. El destacamento fue la respuesta a los pedidos de los
vecinos de la zona de más seguridad pero se estaban manejando de modo
parapolicial y los Arruga lo sabían.
Cuando desapareció la
familia fue a la Unidad fiscal de instrucción
número 7 a Cargo de Roxana
Castelli, pero como no se tomaban
seriamente el caso el abogado de la familia, Pablo Pimentel, acudieron a la
fiscalía general que los llevó a la unidad fiscal de instrucción 1 a cargo de
Cecilia Cejas quien luego les retardaría la causa y les haría escuchas creyendo
que ellos sabian donde estaba.
A cargo de la UFI 1 comenzaron las búsquedas por
comisarías, hospitales y hasta presentaron un habeas corpus que les rechazaron.
Un peritaje con perros determinó que Arruga había estado
en la comisaría 8ª de Lomas de Mirador y en uno de los patrulleros, que esa
noche no había cumplido con su recorrido programado y según el registro
electrónico de su desplazamiento circuló por descampados
Hubo dos semanas de incertidumbre, y por un llamado
extorsivo, la DDI de San Justo intervino teléfonos y apretó a amigos de mi
hermano en la brigada. Pero Vanesa, quien había hecho público el caso, dijo que
era sólo teatro.
Al mismo tiempo, familiares y amigos de Luciano, con el
Centro de Estudiantes de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA) y de la FUBA,
hicieron su marcha con pancartas del chico desaparecido, que pasó
mediáticamente desapercibida.
El caso de la desaparición de Luciano, cobró cierta notoriedad en los medios a partir de la irrupción ante cámaras y ante la mirada atónita de los conductores, en el programa CQC del Lunes 3 de Agosto, de dos jóvenes portando banderas por el esclarecimiento del caso. Fueron retirados por personal de seguridad al aire.
El caso de la desaparición de Luciano, cobró cierta notoriedad en los medios a partir de la irrupción ante cámaras y ante la mirada atónita de los conductores, en el programa CQC del Lunes 3 de Agosto, de dos jóvenes portando banderas por el esclarecimiento del caso. Fueron retirados por personal de seguridad al aire.
Ya habían pasado seis meses y los medios los notaron por
lo que ese viernes, 7, Jorge Lanata sacó el caso, que comenzaría a ser tratado
como lo que era, otra desaparición en democracia.
En
febrero de 2010 la familia solicitó que se investigara como una desaparición
forzada y por lo tanto pasara a la justicia federal
Recien en agosto de 2012, su familia fue recibida por el
gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, a quien le pidieron
que aparte de la fuerza a los 8 efectivos sospechados de haberlo secuestrado,
torturado y desaparecido, así como también la cesión del ex destacamento de
Lomas del Mirador –donde se vio al joven por última vez con vida - para
construir un espacio de contención para las víctimas de violencia institucional.
La familia esperó que el gesto político del gobierno de escuchar sus reclamos
se tradujera en resultados contundentes
y se avanzara en la investigación caratulada como ‘averiguación de paradero’.El
año pasado se logró que el destacamento de Lomas del Mirador (partido de La
Matanza), donde se sospecha que estuvo Luciano, se convierta en un sitio de
memoria a partir de la cesión en comodato por parte del Municipio de La Matanza
a la Asamblea Permanente de Derechos Humanos (APDH) de dicho distrito, y que
esté gestionado por organismos de derechos humanos de la zona, familiares y
amigos del joven.
El 7 de enero de 2013 detuvieron y luego exoneraron a Julio Diego Torales, en el marco de una causa paralela
que investiga “severidades y vejaciones” contra Luciano, en la misma
dependencia, en septiembre de 2008. Luciano lo había señalado como uno de los
que lo había golpeado. Recién el 9 de
enero de 2013 el juez criminal de La Matanza, Gustavo Blanco, declinó su
competencia y la causa pasó al fuero Federal. La recibió el juez federal de
Morón Juan Pablo Salas. Además, la causa se recaratuló de “averiguación de
paradero” a “desaparición forzada”.Hace
un año, el 1 de febrero de 2013, los policías intervinientes denunciados Damián
Sotelo, Ariel Herrera, Daniel Vázquez, Sergio Fekter, Emiliano Márquez, Néstor
Díaz, Hernán Zeliz y Damián Borrego son pasados a disponibilidad. El fiscal
Carlos Stornelli, los había pasado en abril de 2010 -siendo ministro de
Seguridad de la provincia- cuando el caso aún repicaba en la prensa, pero en
julio de ese año los había reincorporado en otras jurisdicciones.
Hoy en día no se sabe nada. Luciano tendría 21 años pero
su propia familia lo busca sin esperanzas. Ayer, a 5 años, Vanesa volvió a
pasearse por los medios diciendo que a su hermanito lo mataron porque se negó a
salir a robar para la policía y Martin Fresneda, secretario de Derechos
Humanos, ratificó compromiso para seguir la busqueda. El caso sigue impune…como
el de Julio Lopez.
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